La mayoría de las parejas llegan a este punto pensando que el problema es la actitud del otro, la falta de amor, o que "algo se ha roto".Y lo que ocurre en realidad es otra cosa, no sabemos qué:
No somos iguales.
No sentimos igual.
No interpretamos igual.
No reaccionamos igual.Cuando una pareja no entiende esto, todo se vive como algo personal: una palabra se convierte en herida, un silencio se vive como desamor, una reacción se interpreta como rechazo.

Muchas veces creemos que el problema es "cómo vemos al otro". Pero el conflicto no está solo en el otro.
No se trata de cambiar al otro. .
No se trata de buscar culpables.
No se trata de ver quién tiene razón
Por ello, este proceso es más rápido y más claro que otros enfoques:Porque desde el inicio, se trabaja con lo que realmente está objetivamente influyendo en la relación.
No es un proceso para separarse.Es un proceso para darse una oportunidad real.
Recuperar la conexión consigo mismos,Mejorar la conexión con los demásPrepararse para vivir plenamente una futura relación
1- Las diferencias del diseño individual de cada miembro de la pareja y entre hombres y mujeres2- Las formas distintas de comunicarse, escuchar3- La historia personal cuando está influyendo, y4- La manera en que cada uno interpreta y responde dentro de la relación.
Es una persona única. No hay nadie igual.Su conjunto de rasgos son heredados, visibles, estables en decadas.Y a diferencia de las microexpresiones o el lenguaje no verbal— no cambian en función del cansancio, la motivación o el estado emocional.Son objetivos, medibles y observables,No tienes que "cazarlos" en milésimas de segundo. Están ahí, siempre, y te explican con precisión:

Mi misiónAcompaño a parejas que se aman a comprender su diferencia, ordenar su vínculo y recuperar la conexión que les unió. Creo profundamente que cuando hay amor, incluso en los momentos más difíciles, es posible volver a encontrarse, volver a entenderse y volver a elegirse.